12/10/10

No hay arreglo con el FMI, ni con el Club de Paris

EL FONDO RECLAMÓ A LA ARGENTINA QUE CUMPLA CON SUS COMPROMISOS
No habría acuerdo con el FMI ni el Club de París hasta el próximo Gobierno
El ministro Boudou se reunió con John Lipsky y Nicolás Eyzaguirre e insistió en que no se permitirá la auditoría del FMI, aun si ello acarrea una futura sanción al país
juan cerruti Washington Enviado especial ()
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03:00
Todo parece indicar que el Gobierno se encamina a terminar su administración sin acuerdo con el FMI y con la renegociación con el Club de París virtualmente paralizada. La teoría de ‘vivir con lo nuestro’ vuelve a ganar peso en el kirchnerismo. El ministro de Economía Amado Boudou estuvo el fin semana menos de 36 horas en Washington, casi no participó de las reuniones plenarias del Fondo y el Banco Mundial, y en sus declaraciones públicas cargó duro contra el organismo que dirige Dominique Strauss-Kahn. Finalmente partió antes de lo previsto el sábado por la noche de regreso a Buenos Aires. El ánimo de la delegación oficial no era bueno con respecto a los resultados obtenidos.

Con la recaudación fiscal en alza y la posibilidad de echar mano a las reservas del BCRA el Gobierno considera que llegará al final del mandato de Cristina Fernández sin apremios de caja. Más si inclusive tiene la posibilidad de emitir un bono en exterior (ver nota aparte). Boudou se reunió el sábado por la mañana con el chileno Nicolás Eyzaguirre, Director de Departamento Occidental del FMI, y ese mismo día a última hora con el número dos del Fondo, el estadounidense John Lipsky. A los dos les repitió lo mismo: la Argentina no permitirá la revisión anual de la economía que establece el Artículo IV del Fondo para todos sus países miembros. Aun si ello acarrea una futura sanción.

El Gobierno pide reformas en el FMI para revisar su postura. En concreto, que el Fondo otorgue más peso dentro del organismo a los países emergentes. Pero la cumbre del Fondo y el Banco Mundial que ayer finalizó en Washington no arrojó resultados en este sentido, ante la negativa de países como Estados Unidos y los líderes de Europa a cambiar la relación de fuerzas. Había anoche decepción en la delegación argentina en este sentido: “mientras ellos no flexibilicen su postura, nosotros no vamos a permitir que vengan al país como si fueran virreyes a hacer comentarios o recomendaciones que no le competen”, indicó una alta fuente oficial a El Cronista.

El sábado el propio Strauss-Kahn pidió en el comunicado final del Comité Monetario y Financiero del FMI a los países miembros que cumplan con lo que estipula el Artículo IV. Aunque no citó textualmente a la Argentina, la frase fue interpretada como una obvia alusión hacia la Argentina y Venezuela. “Urgimos a los miembros a que cumplan con sus obligaciones bajo el Articulo Cuarto de los Artículos del Acuerdo”, indicó el comunicado oficial.

“No existe nada que indique que el gobierno argentino planee restablecer en lo inmediato su relación con el FMI ni tampoco sus atrasos en los pagos con el Club de París”, señaló por su parte el banco de inversión Credit Suisse en un informe reservado que giró a sus clientes en Washington.

En dialogo con la prensa el sábado en la capital estadounidense, Boudou no ahorró calificativos contra el FMI. “Hoy el FMI es el organismo con menos credibilidad en el mundo. Si no hubiera sido por el G-20 el FMI inclusive estaría peor”, sentenció. Al ser consultado sobre la posibilidad de que la Argentina sea sancionada por el Fondo, respondió: “el FMI ya sancionó a la Argentina en el 78 cuando apoyó los planes de Martínez de Hoz, en los años 80 con los planes de Stand by y en 2001 cuando el 25% de los argentinos estaban sin trabajo y luego vino el Megacanje y el Blindaje”.

Los tibios esfuerzos por lograr algún acercamiento paralelo al circuito financiero mundial parecen endebles. El BCRA junto a la Comisión Nacional de Valores y la Superintendencia de Seguros remitirán a fines de este mes al G-20 una autoevaluación del sector financiero denominada ‘Reporte de Observancia de Estándares y Códigos’, a la que se comprometieron a realizar los países miembros de este grupo.

En este contexto, la negociación para saldar la deuda con el Club de París también luce trabada. Las únicas dos opciones viables son pagar la deuda en efectivo (algo que el Gobierno ahora no quiere hacer, aunque en 2007 anunció que lo haría) o negociar un cronograma de pagos. Pero para abordar esta última opción sería necesario tener al día las auditorías del FMI, según establece el estatuto del Club de París.

No obstante ello el Gobierno ventila una tercera posibilidad. Pero por ahora es más una expresión de deseo, porque el Club de París ni siquiera la contempla. Se trata de convertir deuda financiera en deuda comercial. Y canjear la deuda con el Club por inversiones de empresas de los países acreedores congregados en este organismo (Alemania, Francia, Holanda, Japón y Estados Unidos) por beneficios fiscales e impositivos. Ello llevaría un largo proceso, porque implica primero lograr el aval de todos los países acreedores y luego reformar el estatuto del Club de París. “Es una negociación tipo win to win, todos ganamos con esta alternativa”, argumentan las fuentes oficiales. Aunque pocos creen que prospere

Fuente: El Cronista Comercial, Internet