21/2/09

Había una vez

Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado en atender su negocio y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión. 

Alquiló un pequeño local, colocó un gran anunció, elaboraba su producto con esmero y sus deliciosas albóndigas calientes se empezaron a vender bien. Y la gente se las compraba cada día en mayor cantidad. Aumentó el consumo de pan y carne, se preocupo que fueran artículos de primera calidad. Se anunciaba en una revista y radio local; con el tiempo su local fué insuficiente y alquilo una propiedad más grande para poder atender de la extensa clientela que ya tenía.

Tan bien le iba que dispuso que su hijo dejara de ayudarlo e ingresara en la Universidad de la capital, donde estudio Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara. 

Al termino de sus estudios, regreso a casa su hijo y ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo: "Padre, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves la televisión...?.. Estamos sufriendo una grave crisis. ¡La situación es realmente mala; peor no podría estar!". 

El padre pensó: 'Mi hijo estudio en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que está pasando...' 

Compró entonces pan carne y otros insumos de menor calidad, cancelo la publicidad que tenía contratada, dejo el local que tenía por uno de menor tamaño para disminuir los gastos, y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. 

Las ventas fueron disminuyendo cada día más. "Tenías razón hijo mío", le dijo al muchacho. "Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis". 

MORALEJA 

No sigamos hablando de crisis. Hablemos sólo de hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas. 
Si nos programamos para fracasar, fracasaremos. Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos. Es una simple elección personal. 

El Equipo de Acciones Favoritas